Spiga

Hijos del Sol





Madre Ancestral

Tierra,
Tierra
Madre sagrada
Pachamama querida
madre adorada
¿Quién te entiende mejor que tu hijo ancestral
que ha sufrido surcando
de arrugas tu faz?

Tierra,
mi tierra
chuspa onerosa,
rebalsan tus frutos
mis sueños fastuosos
De todos mis ruegos tu vientre rebosa
y por tí es que respiro
que como y reposo

Te conozco de siempre y de siempre he sabido
que has sido mi madre que tu me has parido
desde antes que el viento trajera de lejos
cualquier religión (lo he sabido de viejo)

También he sabido que el Padre Supremo
hacedor de la vida, lo malo y lo bueno,
ha estado cuidando allá arriba en el cielo
a todos sus hijos con manto de esmero.




Diluvio

Y llovía y llovía
y era el mar que caía
y ya día no había
sólo noche vacía

Y llovía y llovía
y cuando el cielo se abría
agua pura venía
a lavar la malía

Y llovía y llovía
y las estrellas venían
a parir nuevos días
a gotear sangre mía

Y llovía y llovía
y el planeta reía
las montañas se hundían
y el dolor se perdía.

Y llovía y llovía
y cantos nuevos nacían
pues ya males no había
en las flores que abrían.

Y llovía y llovía
y mil colores salían
a alumbrar estos días
que la vida encendían.



Amanecer

Era el tiempo de purificación
Justo antes que volviera el sol
Fue entonces que Wiracocha bajo al nuevo mundo
y Tihuanaco y su templo se hicieron fecundos
Abrió sus arcanos repletos de vueltas por el Universo
y el verde paseó por los campos y el árbol tocó el alto cielo,
por sus rendijas huyó el arcoiris y se apoderó de la pampa
manchando los pétalos tersos de miles de flores con alas

Bosques y praderas, Valles y mesetas
Tierra pariendo los tallos del tiempo

Las cavernas se alumbran con gráciles luces
que en pares se mueven, se encienden, se gestan.
Ventanas del reino animal que ahora suben
del negro profundo a la verde floresta.
El cielo se inunda de rápidas sombras
cual rayo cruzando racimos de nubes
las alas adornan la mágica alfombra
con trinos y cantos que bajan y suben

Y en el orgasmo supremo de este acto solemne
la roca revienta en fragmentos inciertos
teñidos al tiempo por fuerzas celestes.
(El padre arcoiris dirige el concierto)
Y las lágrimas acuden presurosas a los ojos
de la madre que ha llorado al sentir todo este gozo,
sus mejillas se desbordan de éste éxtasis acuático
que bajando hasta su vientre da al jardín un toque mágico.




Hombres de Barro

Wiracocha no descansa...

De sus manos eternas
celestes-milagrosas
moldeando aquel barro
que el diluvio formaba

brotaron figuras
humanas primorosas
que el aire, el sol y el viento
besaban y secaban

Y a cada estatua un pueblo,
a cada pueblo un traje,
a cada traje un canto
y a cada canto un signo

el Padre iba entregando
al tiempo que enseñaba
la lengua que hablarían
y todas sus comidas.

Wiracocha no reposa...

Y al tiempo que acabó
los mandó con voz de trueno
a remotos lugares
por bajo de la tierra

y a algunos les tocaba
salir desde los suelos
a otros de las aguas
y a otros de los cerros

éste de algún árbol,
y aquél de alguna fuente
de un lago-mar-laguna,
y de otros mil lugares

que debían venerar
cada pueblo con su altar
la huaca principal
de su estirpe y su linaje.




Milenios

Y los años se tornaron canos
¿cuántos siglos los aventajaron?
la memoria se perdió en la ronda
entre Amautas que son piedra y sombra

Las montañas son testigos mudos
de la historia de estos pueblos rudos
la barbarie se ensaño con ellos
y olvidaron al papá del cielo

¿Dónde fueron los consejos vanos?
¿Dónde estaba la sapiencia de años?
la memoria se volvía esquiva
y olvidaron al que los quería.

Y los ojos se volvieron ciegos
no veían que faltaban ruegos
los oídos sordos se volvieron
No escuchaban del padre el consejo

Pero el padre no olvidó a sus hijos
pues sufría a corazón partido
desde el cielo nos mandó a la tierra
a un lucero y la mas bella estrella.




Hijos del Sol

Manco Capac, corazón y roble,
Mama Occllo, primavera y calma.
Dos hermanos, dos esposos nobles
precursores del imperio Incaico

De Titicaca salieron,
viniendo del Collasuyo,
Y al norte se encaminaron
portando un bastón dorado.

De largo era media vara,
de grueso no más dos dedos,
de oro puro y brillante,
el cetro del rey gigante.

Y fueron por mil lugares
y en cada lugar trataron
de hincar hasta el mismo puño
la barra de un solo golpe.

Y en Pácarec Tampu pasó;
la barra entera se hundió.
marcando el futuro nuevo
del valle del Cuzco entero.




Tawantinsuyo

Ombligo del mundo fue,
el Cuzco tierra soñada
del Tawantinsuyo el alma,
del nuevo orden renacer.

Capital de la buena nueva,
bastión de los cuatro suyos
corazón de Aymarás y Quechuas,
crisol del Tawantinsuyo.

Al norte era el Chinchasuyo
y al sur era el Collasuyo,
al este era el Antisuyo
y el último el Contisuyo.